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martes, 31 de mayo de 2016

ORÍGENES DEL ESTADO.

INTRODUCCIÓN


El presente trabajo pretende demostrar el origen del Estado desde un enfoque histórico. Inicia con una reseña de las sociedades primitivas y termina con el concepto moderno de lo que hoy entendemos por “Stato” o Estado sin perder el propósito primigenio: El comienzo y sus prolegómenos.  

Para comprender dicha génesis he realizado la presente investigación de la siguiente manera: En una primera parte desarrollo someramente los aspectos suscitados por el cambio que tuvo el ser humano, de ser nómada a ser sedentario, (explotación de la agricultura) porque justamente allí fincaron los primeros elementos del Estado como tal, es decir: una organización, población y territorio en un determinado lugar.

En la segunda parte —la más importante—, analizo tres momentos históricos donde resalto las características que le fueron dando vida al Estado. Razono acerca de la Época Antigua, primordialmente, del Antiguo Oriente, Grecia y Roma, enfatizando en la polis griega y a la civitas romana, caracterizadas por su monismo  (unificación de la política y la religión); también discurro acerca del Medioevo, momento histórico en el cual, contrario a la antigüedad, se dio lugar al dualismo del Estado (división del gobierno y de la religión), etapa caracterizada por la fuerte influencia de la religión cristiana en los orígenes del Estado, como lo fue su jerarquización; y finalmente, se desarrolla el pensamiento político de Nicolás Maquiavelo quien, ya en el Renacimiento, fue artífice de la Teoría Absoluta de Estado, considerando la mejor manera de gobernar, la Monarquía Absoluta. En el tercer momento, — el advenimiento del Renacimiento y la Época Moderna— examino las corrientes de grandes filósofos como Juan Bodino, Tomás Hobbes y Juan Jacobo Rousseau, acerca de la Soberanía, el Estado y el Poder.

Las conclusiones devienen por sí mismas. Corresponden a la tercera parte de este trabajo y son atinentes al origen del Estado y aquellos filósofos que sentaron doctrina al respecto.



1.)  Orígenes del Estado

Antes de iniciar la investigación sobre el origen o los orígenes del Estado, es necesario diferenciarla de su justificación, debido a que muchos autores han desarrollado conjuntamente los orígenes con la justificación de Estado.

El tema en sí, linda con los contenidos de otros similares como la evolución del concepto de Estado desde un enfoque sociológico y jurídico, sobre todo, al referirse al desarrollo histórico de los orígenes del Estado. Por ello es importante comenzar con la diferenciación origen-justificación para dar paso a la localización propiamente dicha del origen en los momentos históricos de su desarrollo.

Origen es la demostración de cuándo surgió el Estado y cómo se ha desarrollado evolutivamente o involutivamente en el devenir de la historia humana, es decir, desde el surgimiento de ciertas figuras o instituciones que se relacionan con el Estado, hasta la concepción que tenemos hoy en día de Estado; mientras que la justificación trata desde un aspecto filosófico,   establecer la razón de su existencia. La reseña que desarrollaré se enfoca sobre el primer tema tratado en esté párrafo, partiendo desde el origen del los pensamientos políticos del Estado y no desde el origen del vocablo o nombre “Stato” o “Estado”.
2.)  Los orígenes del Estado en su desarrollo histórico
Para fines prácticos, utilizaré los lineamientos históricos de Germán José Bidart Campos y Gerardo Prado: en una primera etapa abarcaré la Época Antigua o Estado Antiguo (oriental, griego y romano); segundo, el Estado Medieval (Medioevo) o Etapa intermedia; y, finalmente una tercera llamada Estado o Época Moderna (abarcando hechos políticos tales como el Renacimiento y la Reforma). Cabe resaltar que Bidart Campos siguió la escuela metodológica de Jellinek.

 Es preciso indicar que una característica propia del ser humano desde la comunidad primitiva, fue la capacidad o necesidad de agrupación. Asimismo, Alberto Herrarte, indica respecto al hombre (ser humano) que es “un ser eminentemente social y político, el zoón politikón de Aristoteles".[1]

En ese orden, de todos es conocido que las primeras nociones de Estado surgen desde el momento en que el ser humano atravesó la línea del ser cazador, recolector o nómada, al ser sedentario donde explotó la agricultura (revolución neolítica). Al existir un excedente económico o de producción, surgió la necesidad de organizarse para poder conservar y distribuir los frutos, producto de dicha actividad, por lo que fue necesario dividir a la sociedad colectiva en clases sociales.
Reforzando el párrafo anterior, cito a Jerónimo Betegón Carrillo, quién indica que la teoría política clásica ha empleado una concepción evolucionista sobre los orígenes del Estado y establece que “el nacimiento del Derecho y del Estado parece estar ligado a formas de organizaciones sociales complejas que se hicieron necesarias con la práctica intensa de la agricultura”.[2]

Norberto Bobbio en su libro Estado, Gobierno y Sociedad, desarrolla varias tesis sobre el surgimiento del Estado, una de ellas indica que está surge de “la disolución de la comunidad primitiva basada en vínculos de parentesco y de la formación de comunidades más ampliadas derivadas de la unión de muchos grupos por razones de sobrevivencia interna”.[3] Sin embargo, Alberto Herrarte, enseña que el clan y la horda tenían formas de organización política, pero fue  en las tribus sedentarias dónde surgieron elementos que en su posterioridad formarían e integrarían la concepción contemporánea del nombre Estado, siendo estas: la población, territorio y organización.

2.1.) Época Antigua o Estado Antiguo.

a.)          Pensamiento Oriental. Las Dinastías Imperiales, llamadas por Gerardo Prado Monarquías hereditarias, constituyen el hecho político de las sociedades orientales, caracterizadas en un principio por ser despóticas, en la que los actos arbitrarios del emperador provocaban una sumisión de todos los sujetos ante el soberano. Asimismo, tal despotismo provocaba la ausencia total de los derechos de los habitantes. Posteriormente se caracterizó por constituir una Teocracia, momento histórico en el que el emperador adquiere dicha posición social es adquirida por poder divino, respecto al emperador, el autor en mención indica “era un representante del cielo y, por ello, señor absoluto de los hombres”.[4] A pesar de ello, el poder del soberano que representaba al poder divino, se encontraba subordinado al poder divino, por lo que el emperador no ejercía un poder totalmente absoluto.

b.)  Grecia y el surgimiento de la Ciudad-Estado. “La mayor parte de los ideales políticos modernos –como, por ejemplo, la justicia, la libertad, el régimen constitucional y el respeto al derecho- o, al menos, sus definiciones comenzaron con las reflexión de los pensadores griegos sobre las instituciones de la ciudad-estado”.[5] Por la anterior meditación de George H. Sabine, es importante centrarse en “la polis” griega, para observar cierto elementos que constituyeron la estructura actual del Estado.

Es importante hacer mención, que en Grecia, sobresalieron dos formas de organización política: la espartana, caracterizada por una forma de gobierno aristocrática, predominando un régimen militar; y, la ateniense, identificada por practicar una clase de democracia directa o participativa de los ciudadanos atenienses (democracia ateniense).

La ciudad-estado de los atenienses, tenía la característica de no tener una población muy amplia y a su vez, se encontraba dividido en tres estratos sociales, estos son: los esclavos, quienes eran considerados simples cosas (res) y por tal razón no podían obtener ni adquirir derechos; los extranjeros residentes o metecos, quienes a diferencia de los primeros, si poseían derechos, sin embargo, no podían adquirir el derecho de participar de la vida política de la polis ateniense; y, el cuerpo de ciudadanos quienes, como lo indica Sabine, formaban parte de la polis a la que pertenecían sus padres. Respecto a ello, Bidart Campos amplia diciendo que “dentro de la polis, los griegos introdujeron como novedad política la participación activa de los ciudadanos en las cuestiones políticas.[6]

Sobre las instituciones políticas, Grecia, se caracterizó por tener un cuerpo de ciudadanos varones llamado “la asamblea o ecclesia”. Todo ciudadano ateniense tenía el derecho de asistir al cumplir veinte años de edad. Característica que reafirma la democracia directa ateniense.  Sin embargo, los dos cuerpos, según Sabine, que ostentaban el control popular, eran “el Consejo de los Quinientos” y “los tribunales formados por los jurados populares”.

Al observar las políticas aplicadas por los griegos, se puede inferir, que el conjunto de sus ciudadanos, prevalecía sobre los intereses individuales. Gerardo Prado considero que la Soberanía Popular fue la forma de gobierno de los griegos y por tal razón, no llegaron a conocer la institución de la monarquía.

c.)  Roma y “La Civitas Romana”. La “civitas” fue para Roma, lo que “la polis” para Grecia. Para los romanos, la política fue una cosa pública (res). Bidart Campos expone el significado ciceroniana de República, diciendo: “La república –res publica- era cosa del pueblo”.[7] Y posteriormente, cita a Sabine, estableciendo que “el Estado es, pues, un cuerpo, la pertenencia al cual es posesión común de todos los ciudadanos; el Estado es una comunidad moral, un grupo de personas que poseen en común el estado y su derecho”.[8] Roma se caracterizó por otorgarle a su ciudadano la potestad de participar en la vida política.

Bidart Camos, considera características importantes del estado romano, que posteriormente sirvieron para dar origen al Estado Moderno, “las magistraturas anuales y el gobierno mixto”, y citando a Calmon define la madurez aristocrática del consejo, y la democracia del voto.

Finalizando con el pensamiento del Estado Antiguo o Época Moderna, Gerardo Prado hace alusión a la característica del “monismo” en la ciudad-estado griega y en la civitas romana, exponiendo que el monismo era “político-religioso”, es decir, unificado el pensamiento político con el religioso.

2.2.) El Estado Medieval (Civitas Cristiana) o Época Intermedia.
Contrario al Estado Antiguo que se caracterizó por ser “monista” (un solo cuerpo político religioso), basados en una unidad interna, el Medioevo se caracterizó por ser “dualista” (el cuerpo político y el religioso sufre una división y se desarrollan paralelamente).

Otra característica del Medioevo fue como lo expone Bidart Campos, el pluralismo, es decir la multiplicidad de poderes congregados en una  pirámide jerárquica. Está jerarquía se debió a la influencia que el Cristianismo y la Iglesia impusieron dentro de la Época Medieval. Respecto a lo expuesto anteriormente, cito a Manuel Ballbé, quien en el Manual de Derecho Administrativo desarrolló el tema llamado La influencia católica y expone lo siguiente “La cultura religiosa está en los orígenes de la civilización occidental y en las bases del Estado moderno y es clave para comprender las raíces de nuestro sistema político, administrativo y de sus instituciones…es la organización de la Iglesia Católica…donde se encuentran los elementos estructurales del Estado en Occidente…”.[9]

Bidart Campos, citando nuevamente a Geroge H. Sabine, expuso sobre la influencia cristiana, lo siguiente “La aparición de la iglesia cristiana, como institución distinta autorizada para gobernar los asuntos espirituales de la humanidad con independencia del estado puede considerarse, sin exageración, como el cambio más revolucionario de la historia de la Europa occidental tanto por lo que respecta a la ciencia política como en lo relativo a la filosofía política”.[10]

Alberto Herrarte dice que ese dualismo dado en el Medioevo hizo que el Estado fuese corporativo, es decir, caracterizado por tener un poder diseminado entre el rey, los señores feudales, las asambleas y las comunas, y citando a Jellinek, indicó que eso fue la atomización del poder público, siendo la Iglesia, la única institución que pudo dar unidad cultural a esos pueblos.

En el desarrollo político del Medioevo, es importante hacer mención del aporte germánico, que a pesar de ser débil, introdujo la figura del individualismo. Dicho aporte lo lograron a través de las invasiones realizadas por los bárbaros en su determinado momento. Bidart Campos, cita a Gettel y señala que “el pueblo teutón acentúa el valor de la independencia personal, y que los derechos se adscriben al hombre como persona sin tener en cuenta su calidad de miembro del estado”.[11]

Respecto a lo expuesto en los últimos párrafos, se puede inferir que ese dualismo político en el Medioevo, tuvo sus consecuencias, siendo estas la división del poder soberano, en varios poderes diseminados en reyes y señores feudales. Divisionismo qué Nicolás Maquiavelo criticaría posteriormente, aduciendo que la Iglesia era la culpable de tal infortunio en la Italia y de la corrupción en su tiempo.

Cabe resaltar del Medioevo, el concepto de poder para los romanos, ya que adquiere la noción de tutela, protección y de regencia. Y el gobernante es quien debe orientar su poder al bien común. Asimismo el monarca o gobernante al representar al pueblo, no tiene un dominio absoluto, y como expone  Bidart Campos, tiene como ideas principales, la paz, la tranquilidad y el orden. De igual forma, explicó que el orden político estaba orientado a dirigir el cumplimiento del derecho, a sostener y la vida pacífica. En pocas palabras German Bidart resume que “la fuerte trabazón de la política con la ética, la sumisión al derecho, la coordinación a la paz con la justicia bajo los cánones de la ley eterna”.[12]

En el siglo XIII aparece el máximo representante de esta época, siendo Santo Tomás quien a través de su obra, “Summa Teológica”, armoniza los pensamientos políticos de Aristóteles, con la base ideológica del cristianismo. Santo Tomas de Aquino, promulgó la necesidad de la extensión de las comunidades políticas, viendo la necesidad de superar la extensión de la ciudad-estado griego. Abogó sobre la necesidad de establecer como forma de gobierno a la monarquía, debido a su parecido con la unidad del reino de Dios, sin embargo, estuvo en contra de las monarquías absolutas, siendo la mejor forma de monarquía, aquella que ejerza un gobierno mixto (monarca, democracia y aristocracia).

Para finalizar sobre el Estado Medieval, es importante mencionar que en las postrimerías de este período, ya en su decadencia, se empieza a vislumbrar las primeras características del nacionalismo, que posteriormente llevaría a la creación del Estado nacional. Sobre el estado nacional, Bidart Campos, explica que “surge centralizado, con demarcación geográfica de fronterasa, unificando las fuerzas dispersas, con un desarrollo de los ejércitos, con la recaudación de impuestos, con la difusión del comercio y el intercambio, y con la fortificación del poder real”.[13]

2.3.) El pensamiento de Nicolás Maquiavelo en las postrimerías del Estado Medieval, el inicio del Renacimiento y el Estado o Época Moderna.
Para comprender el pensamiento de Nicolás Maquiavelo, acerca de la política, el poder y el Estado, es importante resaltar dos textos, el primero de ellos “Los Discursos sobre la primera década de Tito Livio”, que exponen la forma de gobierno republicano, siendo está, su forma ideal de ejercer el poder; y la segunda y su más famosa obra, “El Príncipe”, donde considera que la forma de ejercer el poder es a través de las monarquías o gobiernos absolutos. Es de observar, que teóricamente Maquiavelo considera el modelo de la República de Tito Livio, como el ideal, debido en una parte a que él no vivió en esa época, y en la praxis, considera como la mejor forma de gobernar, la monarquía o el gobierno absoluto. Es importante indicar, que a través de los pensamientos de Maquiavelo, da por concluido la teoría dualista y surge el absolutismo.

En ambos textos (Los Discursos y El Príncipe), consideró el uso de medios inmorales para fines políticos y  cree que el gobierno se basa en gran parte en la fuerza y la astucia. Sabine, ve las siguientes características en el pensamiento de Maquiavelo: 1.) escribe casi únicamente sobre la mecánica del gobierno; 2.) de los medios con los que se puede fortalecer el estado; 3.) de las políticas susceptibles de aumentar su poder;  y 4.) de los errores que llevan a su decadencia o ruina. Otra característica fue la de separar las medidas políticas y militares de la religión, la moral y lo social. Sabine indica que “La finalidad de la política es conservar y aumentar el poder político…se limita a abstraer la política de toca otra consideración y escribe acerca de ellas como si fuera un fin en sí”.[14]
Maquiavelo en El Príncipe, se caracterizó por utilizar un método empírico, basado en las observaciones que él hacía de los distintos principados, caso contrario al método histórico que utilizó para escribir los Diálogos. En tales observaciones, propuso las distintas formas de gobernar y cuál era la idónea para conservarla.

Maquiavelo consideró como causal de la decadencia del Medioevo los rasgos egoístas, ambiciosos y agresivos de la naturaleza humana. Expuso que el gobierno se funda debido a la debilidad e insuficiencia de los individuos de protegerse a sí mismos, por lo que necesitar del apoyo del poder del Estado.  Por tal razón, el gobernante prudente, debe basar su política en el supuesto, de que el hombre por naturaleza es malo.
Ve en la Monarquía Absoluta, la única forma de gobierno eficaz de poder contrarrestar la sociedad corrompida y salvar a sí, a Italia. Siguiendo las líneas de Elisur Arteaga Nava, en su libro Maquiavelo: Estudios Jurídicos y sobre el Poder, acerca de la religión como factor de unidad y la iglesia como elemento de desunión y discordia, expuso que “Maquiavelo estimaba que la religión era factor de unidad, siempre que fuera un instrumento en poder del gobernante. La iglesia fue en Italia un elemento de división debido a las características del papado y a la actitud papal”.[15]

Otro supuesto importante para Maquiavelo fue el del legislador omnipotente, creyendo que un Estado sería afortunado si es fundado “por un solo hombre y las leyes y el gobierno por él creados determinan el carácter nacional de su pueblo”.[16]

El párrafo anterior, refuerza la idea de la predilección de Maquiavelo sobre la monarquía absoluta, y da origen a lo conocido como teoría absolutista del Estado, en las postrimerías de la Época Medieval, y el advenimiento de Época Moderna. A su vez, en el  inicio de esta nueva etapa, surgen dos hechos que cambiarían el panorama político de la historia de la concepción del Estado. Estos dos hechos fueron el Renacimiento y la Reforma, entre los siglos XV y a principios del siglo XVI. 

Partiendo de los postulados de Maquiavelo en contra del pluralismo característico del Medioevo y con el advenimiento del Renacimiento y las Reformas protestantes, surgen distintas luchas que contribuyeron a la formación de las nuevas monarquías, rompiendo con el dualismo Iglesia-Estado. Alberto Herrarte indica que también el dualismo rey-nobleza termina con la absorción por parte del rey del poder feudal de los nobles. Por tal razón indicó que “Se establece un sistema unitario de gobierno que forzosamente tiende a ser absoluto. Y, consecuentemente, monista: todos los poderes derivan del rey.[17] Sin embargo, estás monarquías absolutas, serían totalmente contrarias a las monarquías existentes en la antigüedad, ya qué las primeras si reconocían la libertad individual de las personas.

El absolutismo, menciona German Bidart Campos, fue ignorado por completo en el Medioevo, sin embargo cobró auge con el renacimiento en los albores de la Época Moderna.
El Absolutismo moderno (Monarquía Absoluta) llegó a ser a inicios del siglo XVI a ser el tipo predominante de gobierno en Europa. George Sabine expone que “la monarquía absoluta derrocó el constitucionalismo feudal y las ciudades estados libres, en  lo que se había basado gran parte de la civilización medieval, del mismo modo que posteriormente el nacionalismo derrocó la legítima dinástica a la que había dado origen la monarquía absoluta”.[18] Sabine explica que el desarrollo de la monarquía absoluta, como el de la monarquía constitucional feudal, se produjo en casi todos los países de Europa Occidental, pero fue Francia, quien presenta el mejor tipo del desarrollo del poder real altamente centralizado.

Se puede observar, que las monarquías absolutas fueron las que dieron origen y posteriormente formaron el Estado-nación. Y Herrarte indica que el Estado-nación es a la postre, el Estado moderno. Es decir, en pocas palabras, que del dualismo (Estado dual), se paso al Estado unitario o Monista (Absoluto) y esté derivó en el Estado-nación, que viene a ser lo mismo que el Estado Moderno.

Ya adentrado en el Estado Moderno, se puede hablar de la noción de Estado y el origen del vocablo. Estado, etimológicamente, proviene del latín “status”, que significaba una situación o una determinada convivencia. Pero la imposición de la palabra Estado, tal como lo indica Luis Ernesto Cáceres, fue por la difusión y el prestigio de la obra “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo, ya mencionado en páginas anteriores.

“El Príncipe” inicia con la siguiente frase: “Todos los estados, todas las dominaciones que han ejercieron y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados”.[19]

De la anterior frase de Nicolás Maquiavelo se puede colegir que surge por primera vez el significado de Estado, tal y como lo conocemos hoy en día, Herrarte, indica que se concibe el Estado, en términos generales, como toda sociedad políticamente organizada. Mientras que Luis Ernesto Cáceres muestra el cambio de status como una situación a Estado en el sentido moderno. Cáceres menciona que con el autor de “El Príncipe” “se sustituyó los términos tradicionales con que se había descrito a la comunidad jurídica y políticamente organizada, la civitas que traducía el griego polis y res publica con lo que los escritores romanos designaban al conjunto de las instituciones políticas de Roma, precisamente las civitas”.[20]

Con el Renacimiento y la Reforma, abriendo la puerta a la modernidad, surgieron posteriormente otros pensadores igual de importantes que Nicolás Maquiavelo, tales como Juan Bodino, quién desarrolla una doctrina sobre la soberanía, es decir, un poder supremo sobre ciudadanos y súbditos, sometidos al derecho natural, el derecho de gentes y las costumbres. Gerardo Prado menciona que desde este punto de vista, la Teoría del Estado, se centra en el bien del individuo y qué esta no es contradictoria a la de Estado.

Tomás Hobbes, al igual que Maquiavelo, consideró que el ser humano era egoísta y qué esté para conseguir sus propósitos es capaz de pasar por encima a los demás hombres (homo homini lupus <el hombre es el lobo del hombre). Hobbes intentó explicar el origen y la justificación del Estado, estableciendo que el mismo, no es más que un contrato social. En pocas palabras, indicaba que los hombres al constituir la sociedad civil mediante un contrato, en el que debe haber una autoridad que gobierne, cediendo el pueblo su potestad a una persona o grupo determinado.

Luego encontramos los pensamientos de John Locke sobre el Estado de naturaleza y el Estado civil. Sin embargo, su mayor aporte, fue proponer como forma de gobierno ideal, a la monarquía constitucional y representativa.

Otro pensador que influyó positivamente ya el Estado moderno, fue, Juan Jacobo Rousseau, quién al igual que Hobbes, hace una preponderancia en el contrato social, sin embargo, considera como mejor forma de gobierno a la democracia, por encima de la aristocracia y la monarquía.

Vale la pena acotar que intelectuales de la estatura de Juan Ginés de Sepúlveda, Erasmo de Rotterdam, Johannes Reuchlin y Martín Lutero tuvieron presentes estas corrientes de pensamiento las cuales inspiraron doctrinas incluso. Tal el caso de Juan Ginés de Sepúlveda quien, para enfrentar a Bartolomé de las Casas y su De Unico Vocationis Modo que ponía en riesgo al Estado español, se apoyó en el consuetudinarismo aristotélico y la razón de Estado de Nicolás Maquiavelo. Igualmente, Johannes Reuchlin, en su controversial libro De verbo Mirífico propone de cierta manera el monismo religioso para la convivencia en el Estado de las tres grandes religiones de la época: la cristiana, la judía y la musulmana.

Es evidente entonces que el Estado va teniendo diferentes génesis conforme el devenir de los pueblos en el tiempo. Tales orígenes son distintos en cada etapa histórica. Por ejemplo, diferente fue en el absolutismo más rancio (“El Estado soy yo”) y el origen del Estado Moderno forjado por la Revolución Francesa donde surge de las cenizas del caciquismo y la brutalidad.

Finalizo mencionando a Carlos Secondat Barón de Montesquieu, un pensador que trató acerca de Estado y política en sus obras y dejó como aporte valiosísimo para la humanidad la división e independencia de los poderes del Estado como lo son ahora: ejecutivo, legislativo y judicial. Aunado a ello, atinente al origen del Estado, se decantó en su pensamiento por la teoría de la armonía social (como principio) entendida como una predisposición ad intra en cada sociedad que la lleva a transcribirse a sí misma dentro de un bosquejo de auxilio entre sus integrantes. Puede notarse entonces que los conceptos del origen del Estado están también determinados por procesos sociológicos que se escapan a ratos del desarrollo histórico propiamente dicho.


CONCLUSIONES

1.) El salto histórico que tuvo el ser humano de ser un ser recolector, cazador y nómada a un ser sedentario, junto al descubrimiento y la explotación de la agronomía, constituyeron los primeros elementos del origen del Estado, siendo estos: una población, un territorio y una organización.

1.)  Hubo, en los orígenes del Estado en la Época Antigua, una génesis monista, es decir, no división entre Política y Religión, siendo la ciudad-Estado griega y la civitas romana, las referencias del basamento del Estado Moderno.

2.)  El Medioevo, contrario al Estado Antiguo, se caracterizó por ser dualista al separar el cuerpo político del religioso; conceptos estos que se desarrollaron paralelamente. Tal característica se debió a los ideales cimentados en el cristianismo y la influencia que la Iglesia Católica infundió en este periodo histórico.

3.)  Nicolás Maquiavelo fue la persona que logro entender mejor los hechos históricos que se estaban suscitando en la Europa de su tiempo, considerando que la sociedad italiana se había corrompido, primero, porque el ser humano es un ser egoísta y segundo por el divisionismo ocasionado por la Iglesia dentro del Estado. Por ello, decide separar de la política y del Estado, todo aspecto religioso, moral o ético. En su obra “el Príncipe”, promueve la Teoría del Absolutismo, es decir, el gobierno a través de una Monarquía Absoluta.

4.)  El aporte dado por Maquiavelo a la Teoría Política o del Estado aunado al advenimiento del Renacimiento y la Reforma, aportaron nuevas ideas acerca del origen del Estado, a través de los pensamientos filosóficos de personajes como Juan Jacobo Rousseau, John Locke y Carlos Secondat Barón de Montesquieu.

BIBLIOGRAFÍA

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SABINE, George H. Historia de la Teoría Política.  México: Ed. Fondo de Cultura Económica, 1998. 






[1] Herrarte, Alberto. Los Fundamentos del Estado de Derecho, pág. 21.
[2] Betegón Carrillo, Jerónimo. Lecciones de Teoría General del Derecho, pág 88.
[3] Bobbio, Norberto. Estado, Gobierno y Sociedad, pág. 98.
[4] Prado, Gerardo. Teoría del Estado, pág. 40.
[5] Sabine, George H. Historia de la Teoría Política, pág. 31.
[6] Bidart Campos, Germán José. Derecho Político, pág. 203.
[7] Ibid, pág. 205.
[8] Ibid.
[9] Ballbe, Manuel y Franch, Marta. Manual de Derecho Administrativo, pág. 34.
[10] Bidart Campos, Op. Cit; pág. 208.
[11] Ibid.
[12] Ibid, pág. 209.
[13] Ibid, pág. 212.
[14] Sabine, Geroge H. Op Cit; pág 271.
[15] Arteaga Nava, Elisur. Maquiavelo: estudios jurídicos y sobre el poder, pág. 250.
[16] Sabine, George H.  Op. Cit;  pág. 274.
[17] Herrarte Alberto. Op. Cit; pág. 22.
[18] Sabine, Geroge H. Op. Cit; pág. 266.
[19] Maquiavelo, Nicolás. El Principe, pág. 13.
[20] Cáceres Rodríguez, Luis Ernesto. Estado de Derecho y Derechos Humanos, pág. 6.